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lunes, 30 de enero de 2012

Autismo y otros TGD.

En esta ocasión, a lo largo del trabajo, realizaré un amplio recorrido sobre la enfermedad del autismo y otros trastornos generalizados del desarrollo. Espero que os resulte interesante y que os proporcione un importante aporte didáctico.


Los trastornos generalizados del desarrollo (TGD) comprenden un grupo de trastornos caracterizados por alteraciones cualitativas en la interacción social, en las formas de comunicación y por un repertorio repetitivo, estereotipado y restrictivo de intereses y actividades.

La fundamentación teórica la he centrado en el Trastorno Autista y el Síndrome de Asperger, por considerar que son los de mayor incidencia en la población escolar.

TRASTORNO AUTISTA
El autismo es una discapacidad grave que se desarrolla en los tres primeros años de vida. De acuerdo con la Asociación de Psiquiatría Americana (1994), los rasgos esenciales del autismo son un marcado desarrollo atípico en comunicación, interacción social y presencia de actividades repetitivas y restrictivas. La mayoría de expertos piensan que esta discapacidad se da entre 5 y 15 veces por 10.000 nacimientos. La tasa es entre 4 y 5 veces superior en varones, pero las mujeres con este desorden presentan una mayor afectación.
El autismo ha sido identificado en todas las áreas geográficas, en todas las razas y grupos étnicos y en todas las clases socioeconómicas. Aunque el origen es desconocido, los expertos opinan que es causado por algún substrato biológico ya fuera neurológico o genético.

Este desorden tan raro, pero grave a veces, presenta un cuadro clínico heterogéneo. Algunas personas con autismo se ven más gravemente afectadas presentando toda los síntomas, mientras otras se ven afectadas de forma más leve y presentan sólo algunos síntomas.
El autismo se define como la presencia de ciertos comportamientos que constituyen un síndrome.
Estos comportamientos se distribuyen en tres categorías: interacción social, comunicación y comportamiento estereotípico.
Para que una persona sea diagnosticada como autista, debe mostrar características propias de las tres dimensiones. Dado que nos encontramos con tres dimensiones en las que se pueden describir múltiples aspectos tanto cualitativa como cuantitativamente nos acercamos a un grupo de personas que presentan entre si un alto grado de heterogeneidad. Este hecho da lugar a personas que presentan una grave afectación en las tres dimensiones y otras cuya afectación es menor
.

Los síntomas aparecen antes de los 3 años, aunque las manifestaciones en la infancia pueden ser difíciles de identificar.
En ocasiones los padres pueden reconocer que sus hijos presentan un trastorno del desarrollo ya fuera por retraso o por desviación del mismo. Siendo más habitual en la mayoría de los casos por el primer supuesto. En este sentido los padres con un solo niño, por ejemplo, pueden no reconocer los comportamientos atípicos de su hijo hasta que va al colegio.
El autismo es una condición permanente y dura toda la vida del individuo. Los síntomas pueden cambiar como respuesta a programas de entrenamiento, y las personas con autismo pueden mostrar una mejoría importante de sus características. Sin embargo, los expertos coinciden que los síntomas no desaparecen con la edad.
Debido a que los síntomas pueden cambiar, las reevaluaciones periódicas son necesarias para responder a las necesidades cambiantes de una persona con autismo.
El autismo puede coexistir con otros desórdenes que afectan a la función cerebral como infecciones víricas, desórdenes metabólicos y epilepsia. Es importante distinguir autismo de retraso mental, ya que 3 de cada 4 personas diagnosticadas como autista presentan una discapacidad intelectual. La forma grave del síndrome autista puede conducir a actuaciones que son consideradas desadaptadas por los distintos entornos donde se desenvuelven, entre ellos el escolar.

CARACTERISTICAS ASOCIADAS.
Las características asociadas al autismo son las que a menudo están presentes. Estas pueden incluir tanto síntomas como desórdenes coexistentes. Las personas con autismo a menudo tienen otras discapacidades y muestran alteraciones en su comportamiento. Por ejemplo el DSM-IV establece:
“Aproximadamente el 75 % de los niños y niñas con desórdenes autistas funcionan con algún nivel de retraso”. Cuanto más joven es el niño y más grave es la discapacidad, más características asociadas aparecen. Éstas incluyen:

• Anormalidades en el desarrollo de habilidades cognitivas.
• Un arco de síntomas de comportamiento, incluyendo hiperactividad,
déficits de atención, impulsividad y agresividad.
• Respuestas raras a estímulos sensoriales.
• Anormalidades al comer, beber o dormir.
• Anormalidades de afecto.
• Comportamiento agresivo consigo mismo.
• Falta de temor a peligros reales.
TRATAMIENTO EDUCATIVO DEL AUTISMO.
Los programas educativos específicos para el tratamiento del autismo inciden directamente en las áreas donde la persona autista presenta los mayores déficits:
-Conducta.
-Comunicación y lenguaje.
-Interacción social.

De manera simultánea se desarrollan programas madurativos similares a los empleados con otros tipos de n.e.e. y en aquellos/as alumnos/as cuyo nivel cognitivo lo permiten, programas normalizados de educación infantil con las adaptaciones precisas para su acceso.
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL.
Debido a que el autismo a menudo se manifiesta con otros desórdenes, el diagnóstico a veces es difícil. Las condiciones principales a partir de la que el autismo puede diferenciarse son desórdenes de desarrollo. (Desorden de Rett, Desorden de Asperger y Desorden Desintegrativo infantil, Retraso mental, Esquizofrenia, Sordera, Desórdenes del desarrollo del Lenguaje, Ceguera e inadaptación social).

A continuación ofrecemos alguna información para ayudar a diferenciar entre autismo y otras condiciones.
Desorden de Rett.
El autismo se diferencia del desorden de Rett por sexo y en el modelo de déficits. Después de un desarrollo prenatal aparentemente normal, el niño/a muestra un modelo de desarrollo regresivo. Movimientos manuales de frotación son característicos de personas con este desorden. En términos de género, este desorden se ha diagnosticado solo a mujeres.
Otros síntomas de este desorden son deceleración del crecimiento de la cabeza, pérdida de habilidades manuales adquiridas y pobre coordinación de movimientos. Las dificultades de interacción social son similares a las de personas con autismo en años preescolares, pero estas tienden a desaparecer.

Desorden de Asperger.
Es muy similar al autismo. Los rasgos esenciales incluyen discapacidad en interacciones sociales y modelos de comportamientos restrictivos y repetitivos. La diferencia principal entre este desorden y el autismo está en los rasgos de comunicación y cognición. En el desorden de Asperger no hay retraso significativo en el lenguaje. El desarrollo cognitivo y el desarrollo de habilidades propias de la edad no están significativamente retrasados en el área verbal.


Desorden desintegrativo infantil.
A veces se conoce como el Síndrome de Heller, demencia infantil o psicosis desintegrativa. El rasgo principal de este desorden es una marcada regresión en múltiples áreas funcionales siguiendo un período de 3 años de desarrollo dentro de la media aparente.
Los niños con este desorden parecen desarrollar habilidades de comunicación verbal y no verbal adecuadas a su edad, relaciones sociales normales, juegos y comportamientos adaptativos. Algún tiempo después de los 3 años pero antes de los 10 el niño tiene pérdida, clínicamente significativa, de habilidades ya adquiridas.
Después del comienzo del desorden hay discapacidad cualitativa en interacción social, comunicación y modelos de comportamiento estereotípicos y repetitivos; junto al resto de áreas.

Retraso mental.
Las personas con retraso mental, a menudo muestran retrasos de desarrollo en todas las áreas de desarrollo, no sólo lenguaje o relaciones sociales. La personas con retraso mental, generalmente parecen querer comunicarse con otros con gestos, mímica u otra forma de comunicación. Sobre todo, las relaciones interpersonales no sufren desórdenes. La mayoría de las personas con retraso mental parecen disfrutar de la compañía de otras personas, se acercan a la gente voluntariamente para relacionarse, establecen rápido contacto visual y sonríen como respuesta. Las personas con retraso mental grave muestran algunos de los mismos comportamientos estereotípicos (agitación de manos, comportamientos de autoestimulación) y respuestas emocionales que las personas con autismo.

Desórdenes de desarrollo del lenguaje.
La gente con desórdenes de lenguaje tienen dificultades para comprender palabras y conceptos, tienen también dificultades en el lenguaje expresivo y en la comunicación. A diferencia de los autistas, realizan contacto visual e inician interacciones sociales. Incluye las afasias y disfasias.
Los comportamientos de autoestimulación, soledad y repetitivos no se dan usualmente en personas con desórdenes de desarrollo del lenguaje.

EL SÍNDROME DE ASPERGER
Los niños/as diagnosticados con Síndrome de Asperger (SA) constituyen un reto especial en el medio educativo. Al ser normalmente considerados como excéntricos y peculiares por sus compañeros de clase, sus habilidades sociales inapropiadas les hacen a menudo ser “chivos expiatorios”. A su “rara” presencia, se le añade cierta torpeza motora y un interés obsesivo por temas extraños. Los niños/as con SA no entienden bien las relaciones humanas y las reglas sociales convencionales. Su inflexibilidad y su falta de capacidad para aceptar los cambios hace que estas personas se estresen con facilidad y sean emocionalmente vulnerables. Al mismo tiempo los niños con SA poseen una inteligencia media o media-alta y tienen una capacidad de memoria mecánica muy elevada. La concentración exclusiva en sus áreas de interés puede conducir a grandes éxitos en un período posterior de su vida.
El Síndrome de Asperger se considera un trastorno situado en la parte más alta del espectro autista. Los síntomas “típicos” del SA se manifiestan de modo diferente en cada una de la personas. En consecuencia, no existe una receta única que se pueda aplicar en clase para todos los niños/as con SA, al igual que ningún método educativo responde a las necesidades de todos y cada uno de los niños/as que no están afectados por el SA.

A continuación, se describen siete características que definen el síndrome de Asperger, seguidas de sugerencias y estrategias para tratar estos síntomas en la clase.


•Insistencia en las rutinas
Los SA se encuentran fácilmente sobrepasados frente a mínimos cambios, son altamente sensibles a los factores ambientales estresantes y a veces actúan de forma ritual. Están ansiosos y tienden a preocuparse de modo obsesivo cuando no saben qué esperar. El estrés, el cansancio y una sobrecarga sensorial les desequilibran fácilmente.
•Discapacidad para la Interacción Social
Los niños/as con SA muestran poca capacidad para comprender reglas sociales complejas, son extremadamente egocéntricos, puede no gustarles el contacto físico, usan un tono de voz monótono o pomposo y poco natural, utilizan la mirada y el lenguaje corporal de modo inapropiado, son poco sensibles y no tienen tacto, malinterpretan las claves sociales, poseen poca habilidad para iniciar y sostener conversaciones, tienen un lenguaje bien desarrollado pero su comunicación es pobre, a veces se les pone el mote de “pequeños profesores” por su manera de hablar tan “adulta” y pedante, se aprovechan con facilidad de ellos (ya que no perciben que los demás, a veces, les mienten o les hacen trampa) y normalmente desean formar parte del mundo social.

•Gama restringida de intereses
Los niños/as con SA tienen preocupaciones excéntricas o fijaciones extrañas e intensas (a veces, coleccionar obsesivamente objetos poco usuales). Tienden a “dar conferencias” constantemente sobre sus áreas de interés, hacen preguntas repetitivas sobre sus intereses, tienen dificultades para expresar ideas, siguen sus propias inclinaciones sin considerar las demandas externas, y a veces, se niegan a aprender nada que no pertenezca a su limitado campo de intereses.

•Escasa Concentración
A menudo, los niños/as con SA no se concentran en su tarea, distraídos por estímulos internos, son muy desorganizados, tienen dificultad en mantener el punto de focalización en las actividades escolares ( no tanto debido a su falta de atención, sino a que el punto de focalización “es extraño” el individuo con SA no puede discernir lo que es relevante, por lo tanto, su atención se focaliza en estímulos irrelevantes), tienden a retraerse en mundos interiores de una manera más intensa que la típica actitud de “soñar despiertos” y tienen dificultades de aprendizaje en una situación de grupo.


•Escasa Coordinación Motora.
Los niños/as con SA son físicamente patosos y torpes, tienen un modo de andar rígido y torpe, no tienen éxito en los juegos que implican habilidades motoras, y presentan deficiencias de motricidad fina que pueden causar problemas de grafomotricidad, un ritmo de trabajo lento que puede afectar a su capacidad para el dibujo.


•Dificultades académicas.
Los niños/as con SA poseen un nivel de inteligencia medio o superior a la media, pero les falta pensamiento de alto nivel y habilidades de comprensión. Suelen ser muy literales: sus imágenes son concretas y su capacidad de abstracción pobre. Su estilo de hablar pedante y su impresionante vocabulario da la falsa impresión de que entienden lo que están diciendo, cuando en realidad están simplemente repitiendo de memoria lo que han oído o leído. Es frecuente que el niño/a con SA posea una excelente memoria mecánica. Sus habilidades para resolver problemas son escasas.
•Vulnerabilidad emocional.
Los niños/as con SA son lo suficientemente inteligentes como para competir en un sistema educativo normal, pero a menudo no poseen los recursos emocionales suficientes como para responder a la demanda de la clase. Debido a su falta de flexibilidad, estos niños se estresan con facilidad. Su autoestima es baja y a menudo son muy autocríticos y no son capaces de permitirse errores. Las personas con SA, especialmente los adolescentes, pueden ser propensos a la depresión. Las reacciones de rabia y los estallidos de cólera suelen ser respuestas frecuentes a su estrés/frustración. Interaccionar con la gente y responder a las demandas ordinarias de la vida cotidiana puede ser para ellos/as un esfuerzo continuo.

A continuación os dejamos un vídeo acerca de un reportaje sobre el Síndrome de Asperger, como buen ejemplo de enfermedad del desarrollo:



Aquí finaliza mi trabajo, los datos recogidos han sido recopilados de la enciclopedia Encarta 98, Larousse y de http://es.wikipedia.org

Espero que os haya interesado y que os pueda resultar de ayuda en algunos casos o bien, simplemente que haya aumentado vuestro conocimiento en cierta medida.

Trabajo realizado por:
 Ana del Águila
2º Bachiller  B


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