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sábado, 12 de noviembre de 2011

Palacio Real

 PALACIO REAL
El Palacio Real de Madrid o Palacio de Oriente es la residencia oficial de la familia real española, aunque es utilizada fundamentalmente para ceremonias oficiales ya que los Reyes residen en el Palacio de la Zarzuela. Es el mayor palacio de Europa Occidental en cuanto a extensión, con 135.000 m² y 3.418 habitaciones. Ocupa el mismo lugar que una antigua fortaleza árabe. Posteriormente sobre esta fortaleza se construyo el antiguo Alcázar de los Austrias, destruido por un incendio en la noche de navidad de 1734
Su construcción comenzó en 1738, según planos del arquitecto Filippo Juvara, modificados de notablemente por Juan Bautista Sachetti. Francesco Sabatini se encargó de la conclusión del edificio. Carlos III fue el primer monarca que habitó de forma continua el palacio.
El último monarca que vivió en palacio fue Alfonso XIII, aunque el último Jefe de Estado en habitarlo fue Manuel Azaña, presidente de la Segunda República. Durante ese periodo fue conocido como «Palacio Nacional».
El interior del palacio destaca por su riqueza artística, tanto en lo que se refiere al uso de toda clase de materiales nobles en su construcción como a la decoración de sus salones. Otras colecciones de gran importancia histórica y artística que se conservan en el edificio son las de la Armería Real, porcelana, relojería, mobiliario y platería.
HISTORIA
En el mismo solar donde se ubicaba el Real Alcázar, se comenzó a construir en el año 1738 el Palacio de Oriente. Su estructura fue objeto de varias reformas, debido a que el rey Enrique III de Castilla lo convirtió en una de sus residencias más frecuentadas. Durante 1476, en la Guerra de Sucesión Castellana, las tropas de Juana la Beltraneja fueron sitiadas en el alcázar, lo que ocasionó varios deterioros al edificio. En 1516, el emperador Carlos I emprendió una de las más importantes restauraciones del alcázar, con el objeto de transformar la residencia medieval en un palacio adecuado para su corte. Felipe II las continuó y mostró especial énfasis en la decoración del edificio. Los aportes más importantes de este monarca fueron la llamada Torre Dorada y la Real Armería. Los siguientes reyes continuaron el proyecto de Felipe II. Felipe V llegó al trono de España en 1700. El Alcázar de los Austrias fue objeto de varias reformas dirigidas por Teodoro Ardemans y René Carlier.
Se conoce abundante documentación sobre la planta y aspecto exterior del edificio, como un dibujo realizado en 1534 por Cornelius Vermeyen. Era un edificio de planta rectangular, aspecto medieval y articulado en torno a varias dependencias como la Capilla Real de los Trastámara, el Patio del Rey al oeste y el de la Reina al Este. Sus patios estuvieron muchos años abiertos al público y en ellos se permitía la instalación de mercados. También destacaba la galería de pintura del alcázar, con obras de Tiziano, Velázquez, Tintoretto, Veronés, Ribera, El Bosco, Sánchez Coello, Van Dyck, El Greco, Guido Reni, o Rafael Sanzio, muchas de las cuales se perdieron en el desastre de 1734. Sin embargo, la mayor parte de ellas se salvaron y pueden verse hoy en el Museo del Prado.
El 24 de diciembre de 1734 el alcázar fue destruido por un incendio. Se perdieron más de 500 pinturas. Sin embargo, poco antes del incendio el rey ordenó que buena parte de su colección se trasladara al Palacio del Buen Retiro. Este incendio aniquiló gran parte del viejo alcázar, cuyos últimos muros fueron derruidos definitivamente en 1738.
Filippo Juvara fue el encargado de dirigir los trabajos del nuevo palacio. El italiano ideó un monumental proyecto de enormes dimensiones, que no llegó a realizarse debido a la intempestiva muerte del artista. Juan Bautista Sachetti, discípulo de Juvara, fue elegido para continuar la obra de su maestro. Planteó una estructura de planta cuadrada centrada por un gran patio también cuadrado y resolviendo los distintos ángulos con cuerpos salientes.
En 1760 Carlos III llamó al siciliano Francesco Sabatini, artífice del gusto clasicista que impregnó las obras del palacio, quien recibió el encargo de ampliar el edificio. Su idea original era encuadrar la Plaza de la Armería con una serie de galerías o arcadas donde alojar las diferentes dependencias, así como la construcción de dos alas a lo largo de la citada plaza, de las cuales solo se concluyó la prolongación de la torre sureste conocida como «ala de San Gil». Por otra parte, también planeó extender la fachada norte mediante una gran edificación que repetía el mismo estilo del edificio y que incluía tres patios cuadrados de dimensiones algo menores que el gran patio central. Las obras de esta ampliación comenzaron rápidamente pero pronto fueron interrumpidas, quedando sus cimientos enterrados bajo una explanada sobre la que posteriormente se construyeron las caballerizas reales, demolidas en el siglo XX y reemplazadas por los jardines de Sabatini. Así, el palacio comenzó a habitarse en 1764.
Fernando VII, que estuvo muchos años preso en el Castillo de Valençay, inició la más profunda remodelación del palacio en el siglo XIX. El objetivo de esta reforma era convertir el anticuado edificio construido a la italiana en un moderno palacio al estilo francés. Sin embargo, su nieto Alfonso XII se planteó convertir al palacio en una residencia al estilo victoriano. Las obras fueron dirigidas por el arquitecto José Segundo de Lema y consistieron en la habilitación de varias habitaciones, la sustitución de pavimentos de mármol por parqué y la adición de mobiliario de la época. Las restauraciones efectuadas durante el siglo XX tuvieron la misión de reparar los daños causados durante las guerras civiles padecidas por España, instalar o reinstalar nuevos conjuntos decorativos y sustituir los entelados de las paredes dañados por reproducciones fieles al original.
ZONAS DEL EDIFICIO
·        Zona exterior
La Fachada
La fachada principal de Palacio fue construida sobre un basamento almohadillado, y sobre el se elevan pilastras toscanas de orden gigante entre las que se abren ventanas y balcones. El coronamiento del edificio, tiene una gran balaustrada y se planificó con una serie de estatuas de santos y reyes, reubicadas bajo el reinado de Carlos III.
La restauración de las fachadas en 1973 permitió apreciar el diseño trazado por Sachetti. Cerca de las columnas toscanas están representaciones de Flavio Honorio, Teodosio el Grande, Adriano y Trajano. Sin embargo, en la fachada meridional fueron dispuestas las estatuas de Felipe V, María Luisa Gabriela de Saboya e Isabel de Farnesio, Fernando VI y su mujer Bárbara de Braganza.
Cabe nombrar la intervención de Juan Domingo Olivieri pues labró la mayoría de las esculturas que ornaban el palacio en tiempos de Fernando VI. También fue autor de muchos motivos heráldicos, mascarones y otras figuras alegóricas.
Plaza de la Armería
En esta plaza se encuentra la Catedral de la Almudena, cuya construcción comenzó durante el reinado del rey Alfonso XII para albergar los restos de su esposa María de las Mercedes de Orleans. Las obras de edificación del templo comenzaron en 1878 y concluyeron en 1992. Esta plaza limita hacia el oeste con los Jardines de Lepanto en la Plaza de Oriente.
El mismo arquitecto que trazó la Plaza de Oriente, Narciso Pascual Colomer, diseñó el trazado de la plaza en 1879, aunque no llegó a realizarse. La ejecución se produjo finalmente en 1892, según un proyecto del arquitecto Enrique María Repullés.
El solar que hoy ocupa la plaza de la Armería fue usado durante muchas décadas como anteplaza de armas. Sachetti intentó construir una catedral que rematara la cornisa del Manzanares, y Sabatini propuso unir dicho edificio con el Palacio Real, a fin de formar un solo bloque aunque ambos proyectos fueron ignorados por Carlos III.
Ángel Fernández de los Ríos propuso en 1868 la creación de un gran espacio arbolado que recorrería todo el contorno de la plaza de Oriente. 10 años más tarde Segundo de Lema añadió una escalinata al diseño original de Fernández, lo que desembocó en la idea de Francisco de Cubas para dar más importancia a la incipiente iglesia neogótica de la Almudena.
Plaza de Oriente
La Plaza de Oriente es una plaza rectangular de cabecera curvada, de carácter monumental, cuyo trazado definitivo responde a un diseño de 1844 de Narciso Pascual y Colomer.
Existen varias teorías acerca de la denominación de esta plaza. La más aceptada alude a su situación geográfica, al oriente del Palacio Real. Por extensión, este edificio ha pasado a ser conocido como Palacio de Oriente.
La idea de realizar una gran plaza junto al Palacio Real de Madrid se remonta al siglo XVIII, con el proyecto de Juan Bautista Sachetti de situar una zona ajardinada en su parte oriental. Durante el reinado de José Bonaparte, se acometieron las primeras demoliciones de manzanas en el entorno del palacio, dentro de un plan urbanístico de apertura del viario para toda la ciudad.
Al impulso de Fernando VII se debieron las nivelaciones de tierras, el inicio de algunos edificios del contorno de la plaza y el derribo del teatro de los Caños de Peral. Su proyecto, diseñado en 1817, tenía como eje principal la construcción de un teatro (que después sería el Teatro Real). En 1836, durante el reinado de Isabel II, se decidió derribar los edificios comenzados en tiempos de Fernando VII y acometer un nuevo diseño, acorde con el Teatro Real.
Los jardines de la plaza han sufrido importantes variaciones a lo largo del tiempo. Hasta 1941, se disponían circularmente alrededor del monumento a Felipe IV. En torno a la estatua del monarca, estaban situadas 44 esculturas, correspondientes a diferentes reyes españoles, pero en 1927 se redujo su número a veinte. El diseño actual de los jardines, sigue tomando como punto de referencia la estatua de Felipe IV, pero distribuye los jardines cuadricularmente. Las veinte estatuas de los monarcas se sitúan longitudinalmente, en dos hileras de diez, a ambos lados del monumento central.
A mediados de los años noventa, la plaza volvió a ser remodelada. Se soterró la calle de Bailén. También se ganaron otros espacios peatonales en los aledaños del Teatro Real, al tiempo que se procedió a un nuevo empedrado. Las obras de remodelación, que concluyeron en 1996, estuvieron envueltas en la polémica, ante el descubrimiento de diferentes restos arqueológicos, que fueron destruidos en su inmensa mayoría.
Pueden distinguirse tres grandes cuadrantes: los jardines centrales, los Jardines del cabo Noval y los Jardines de Lepanto.
Los jardines centrales están dispuestos alrededor del monumento a Felipe IV, en forma de cuadrícula, siguiendo el modelo barroco de jardinería. Están conformados por siete parterres, así como por plantaciones florales. Se encuentran delimitados a ambos lados por sendas hileras de estatuas, conocidas popularmente como los reyes godos, que actúan como línea de división de los otros dos cuadrantes. Es la zona más monumental de la Plaza de Oriente, tanto por los edificios que la flanquean, como por el valor artístico de sus colecciones escultóricas.
Los Jardines del cabo Noval ocupan la parte septentrional de la Plaza de Oriente, junto a la calle de San Quintín. Se extienden sobre terrenos que en su momento pertenecieron al Real Monasterio de la Encarnación. Sus mayores valores artísticos provienen del monumento allí situado, erigido en memoria del cabo Luis Noval Ferrao, del que toman su nombre. Mide 6,5 metros de alto y está realizada en piedra y bronce.
Los Jardines de Lepanto se encuentran en la parte meridional de la plaza. Quedan definidos por la calle de Bailén. Al igual que los Jardines del cabo Noval, los de Lepanto integran plantaciones de plátanos, además de diferentes cedros. Sobre ellos se alza el monumento al capitán Ángel Melgar, obra en bronce y mármol inaugurada en 1911 por el rey Alfonso XIII.
Campo del Moro
El Campo del Moro ocupa una superficie de unas veinte hectáreas, que se extienden desde la fachada occidental del Palacio Real hasta el Paseo de la Virgen del Puerto. Es uno de los tres recintos ajardinados que adornan el entorno del Palacio Real
Los terrenos fueron conocidos con el nombre del Campo del Moro a partir del siglo XIX. La idea de levantar una zona recreativa en el paraje que hoy ocupa el Campo del Moro es anterior a la edificación del Palacio Real de Madrid. Felipe IV , ordenó la plantación de diferentes especies arbóreas, mayoritariamente olmos.
Los reyes Felipe V y Carlos III encargaron al jardinero Esteban Boutelou. Este, ideó dos trazados de concepción clásica en 1746 y 1747, de muy difícil ejecución. En cambio, sí que pudo llevarse a cabo el diseño de Juan de Villanueva, con el que se conectaba el Palacio Real con los jardines de la Casa de Campo. Fue excavada en 1810. En 1891 fue objeto de una remodelación. Aún se conservan tramos de este pasadizo.
El impulso definitivo para la realización de los jardines tuvo lugar en 1844, cuando se le encargó al arquitecto Narciso Pascual y Colomer, un nuevo diseño. El citado arquitecto planeó como punto neurálgico la construcción de una gran avenida entre el Palacio Real y el Paseo de la Virgen del Puerto.
La importancia de este eje quedó subrayada con la instalación de dos fuentes monumentales, la de las Conchas y la de los Tritones. Las obras de los jardines se pararon tras el triunfo de La Gloriosa de 1868 y el exilio de Isabel II. Pudieron retomarse durante la regencia de María Cristina de Habsburgo. En 1898 fueron levantadas dentro del recinto distintas casas de madera, hechas en estilo tirolés.
Durante la Guerra Civil española, el Campo del Moro sufrió importantes daños. Fue restaurado en los años cuarenta del siglo XX y, en 1960, se construyó un nuevo edificio en su interior, que sirve de sede al Museo de Carruajes de Madrid.
Los jardines se hacen eco de diversas corrientes. De ahí que no posea características homogéneas y que combine estilos tan dispares como el formalismo o el naturalismo. La mezcla de influencias también es visible en las construcciones que alberga el recinto, con alusiones a modelos rurales, al neogótico o a la arquitectura funcional. Desde el punto de vista del paisajismo, dominan las arboledas, configuradas siguiendo los gustos románticos de la época, que se unen a toques paisajísticos ingleses.
Jardines de Sabatini       
Los Jardines de Sabatini se encuentran situados frente a la fachada norte del Palacio Real, entre la calle de Bailén y la Cuesta de San Vicente, en una terraza colgada sobre el Campo del Moro.
Se trata de un jardín de estilo neoclásico acorde con el palacio. Se accede al jardín desde dos puntos: la C/ Bailén, cerca de palacio, a través de una escalera de doble trazado que debe salvar una altura de casi 20 metros desde la que domina la terraza inferior, y las entradas de la zona norte por las que se accede a los otras dos terrazas.

El jardín se divide en tres terrazas: la inferior, marcada por la simetría de los parterres a ambos lados de una gran lámina de agua a modo de espejo con dos surtidores, y enmarcada por cuatro cuadros con sendas fuentes rodeadas por figuras de seto;  la segunda, que forma un impresionante balcón sobre la primera, en donde se domina la totalidad de la fachada norte de Palacio y que bajo un bosque de pinos se extiende hacia la Cuesta de San Vicente, en donde se encuentra una nueva escalera de doble entrada que salva el desnivel hasta la calle; y la tercera, en una altura superior y al este de la segunda terraza, con un juego de parterres y grandes cedros.  
·        Interior del palacio
Planta baja
Real Biblioteca
La Real Biblioteca ocupa el ángulo noroeste del palacio y consta de dos plantas, amuebladas con librerías de caoba. Sus colecciones constan de  libros,  medallas y monedas en número de 300.000 obras impresas, 4.000manuscritos, 3.000 obras musicales, 3.500 mapas, 200 grabados y dibujos y alrededor de 2.000 monedas y medallas. Fue fundada durante la regencia de María Cristina de Borbón. La mayor parte de las estanterías fueron adquiridas por Carlos IV y Alfonso XII. También se exhibe una selección de las mejores medallas de la colección real.
Entre los libros impresos destaca el libro de horas de Isabel la Católica, un códice de la época de Alfonso XI, una Biblia de doña María de Molina y las Fiestas reales, dedicadas a Fernando VI por Carlo Broschi «Farinelli».
Las encuadernaciones juegan también un papel muy importante, pues a través de ellos se observa la evolución del estilo de encuadernar según la época: rococó en oro con hierros de encaje, neoclásico en policromía y románticas con adornos góticos y renacentistas. El Archivo del Palacio Real contiene cerca de veinte mil legajos que abarcan desde la Década Ominosa (1823-1833) hasta la proclamación de la II República Española en 1931.
Real Botica
Durante el reinado de Felipe II la Real Farmacia se convirtió en un apéndice de la Casa Real, con la orden de abastecerla de medicamentos. La Real Farmacia que existe en la actualidad fue fundada como Museo de Farmacia en 1964. Las salas de destilaciones y las dos salas adyacentes a la farmacia fueron reconstruidas tal y como eran durante los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII. Los frascos son anteriores y fueron realizados en las fábricas de la Granja y del Buen Retiro, existiendo también otros enseres fabricados en loza de Talavera en el siglo XVII.
Real Armería
La Real Armería está formada por piezas que van desde el siglo XV en adelante. Son de destacar las piezas de torneo realizadas para Carlos V y Felipe II por los principales maestros armeros de Milán y Augsburgo. Entre las piezas más llamativas sobresale la armadura y aperos completos que el emperador Carlos V empleó en la Batalla de Mühlberg. Una parte de la armería se perdió durante la Guerra de la Independencia y durante la Guerra Civil Española. Aun así, la armería conserva algunas de las piezas más importantes de este arte a nivel europeo y mundial.
Planta alta
Escalera principal
Esta escalera fue diseñada por Sabatini en 1760 y reformada durante los primeros años del gobierno de Carlos IV. Para su construcción se emplearon los mismos materiales que para otras estancias del recinto, como mármol de una sola pieza y granito.
La decoración de la bóveda de lunetos con grandes focos de iluminación es parte del programa iconográfico de exaltación de la Monarquía Española diseñado por Sachetti, y la realización de estas obras correspondió a Giaquinto. Sobre la cornisa hay representaciones de las virtudes características del reinado de Fernando VI.
Salón de Alabarderos
Fue concebido por Sachetti como salón de baile o comedor de gala, pero Carlos III lo convirtió en salón de los guardias que custodiaban el recinto. La decoración está basada en un escueto orden de pilastras toscanas y ramas de laurel hechas en estuco. Fue objeto de varias reformas.
Destacan los frescos que adornan sus muros. Tiepolo fue el encargado de decorar la estancia. Buena parte de la superficie que ocupa el Salón de Alabarderos fue ocupada por Alfonso XII para construir el Comedor de Gala. Se utilizó por primera vez con motivo de su segundo matrimonio, con María Cristina de Habsburgo-Lorena, en 1879.
Salón de Columnas
La estancia presenta un orden de pilastras lisas realzado con columnas adosadas de fuste estriado. La bóveda fue decorada por Sabatini en 1761, usando parejas de sátiros que sostienen medallones representativos de los cuatro elementos.
Giaquinto fue el responsable de la decoración de la bóveda. Más adelante realizó las cuatro estaciones y una representación alegórica de la Corona de España. Toda la simbología de este recinto está dedicada a realzar la majestad de la Monarquía Hispánica bajo Carlos III. Por otra parte en este salón se celebraba durante el Jueves Santo el ceremonial del «Lavatorio y Comida de Pobres». Además, en este salón suelen celebrarse conciertos con los Stradivarius Palatinos.
El Salón de Columnas fue utilizado como capilla ardiente de Francisco Franco. También en este salón se celebró el 12 de junio de 1985 la firma del Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeas, en 1991 la Conferencia de Paz de Madrid y en 1997 la Cumbre de la OTAN.
Salón de Gasparini
Fue realizado durante el reinado de Carlos III y es uno de los más hermosos salones del palacio y ha llegado hasta nuestros días sin ningún retoque. Por diferentes motivos se tardaron alrededor de cuarenta años en la conclusión del programa decorativo.
Su decoración, realizada por Matías Gasparini, presenta grandes originalidades del tipo chinoiserie en estilo rococó. Los muebles, el suelo de mármol y el tapizado de las paredes se diseñaron como un conjunto. Cabe destacar el reloj situado sobre la chimenea, obra de Pierre Jacquet Droz, con autómatas vestidos a la moda del siglo XVIII que bailan al dar las horas.
Saleta de Porcelana
Al igual que el Salón de Gasparini, fue construida en época de Carlos III. Para su construcción se colocaron bastidores donde habrían de sujetarse las porcelanas. El proyecto decorativo, estuvo a cargo de Juan Bautista de la Torre y Jenaro Boltri.
La sala posee varias decoraciones fijas y una mesa de nogal, así como espejos azogados. Veinte años después de la decoración original, Sabatini colocó estuco azul a lo largo del salón, así como varios jarrones de bronce. El pavimento de esta saleta es uno de los más bellos elementos decorativos ideados por Gasparini. Está compuesta por una elegante taracea de mármoles de colores y en invierno se cubría con alfombras de lana.
Salón de Espejos
Es un salón de estilo neoclásico que era usado como tocador por la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV. Se trata de uno de los salones más bellos del palacio. A ello contribuyen los zócalos de mármol rosado y los paramentos de las paredes en la que predomina el blanco y el azul. Los grandes espejos que dan nombre al salón están guarnecidos en oro y azul, coronados por estucos blancos sobre fondo azul y rodeados con decoración de motivos vegetales.
Salón del Trono
Este recinto es el único que no ha cambiado de función en toda su historia, desde que se ideó en 1737. Conserva toda su decoración original y se terminó en 1772.
Felice Gazzola, noble italiano, recibió el encargo de seleccionar a los artistas que decoraron el Salón del Trono. La bóveda es la más bella de Palacio, pues el efecto que produce la pintura y la escultura que la rodea alcanza un gran esplendor. El resto de la decoración se debe al piacentino Giovanni Battista Natali, quien se encargó tanto del diseño de los bordados como de la traza de las consolas. Destaca el terciopelo de la colgadura, bordado con hilos de plata sobredorada. La decoración de Natali, constituye una de las más altas cimas del rococó en España.
Las esculturas que hoy se pueden ver en esta sala pertenecen, a la colección rescatada del Real Alcázar. Ello se debe al proyecto de la dinastía borbónica. Son destacables asimismo los relojes, obras de John Ellicott y Ferdinand Berthoud, y los leones de bronce dorado al fuego, obra de Matteo Bonarelli de Lucca, que preceden al dosel con el trono real. Las arañas que iluminan la estancia son de cristal de roca y plata.
Real Capilla
Situada en el centro del lado norte de la planta principal del palacio, tiene su acceso desde la galería que rodea el patio central. El proyecto de la Real Capilla fue presentado en 1749 por Ventura Rodríguez. La Capilla fue realizada entre 1750 y 1759. La planta es de tipo central o elíptica, estando coronada por una cúpula de media naranja. A cada uno de los ángulos que describen la planta, se encuentra adosada una columna de mármol negro. La distribución de la capilla es clásica: al este se sitúa el altar mayor; al norte el altar del evangelio; al oeste el órgano y el atrio es el vestíbulo.
Corrado Giaquinto fue encomendado para diseñar y dirigir los trabajos de la decoración de la Real Capilla. Los ángeles del tambor fueron realizados por Felipe de Castro. El dosel y los sillones de los soberanos son de la época de Fernando VI y fueron realizados en raso blanco con bordados de plata y sedas de colores. El órgano, construido en 1778, está considerado como una auténtica obra maestra.
En tiempos recientes la Capilla Real ha sido utilizada para funerales de la Familia Real Española, sirviendo como capilla ardiente en abril de 1993 para Don Juan de Borbón, conde de Barcelona, y en enero de 2000 para María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias. En noviembre de 2000 se celebró un Te Deum en esta capilla para conmemorar el 25 aniversario de la proclamación de Juan Carlos I como rey.
Antiguo Cuarto de la Reina
Con este nombre se conoce a varias estancias construidas como aposentos de la reina Isabel de Farnesio. La Primera Antecámara de la Reina es obra de José Segundo de Lema. También se le llama Sala Plateresca, pues fue decorada con los elementos renacentistas del arte plateresco español. La intempestiva muerte del rey frustró el proyecto decorativo, pues con Alfonso XIII comenzó a usarse este recinto como Sala de Cine y Sala de la Banda, por alojarse allí el grupo de músicos que tocaba en las celebraciones de Palacio. En la Segunda Antecámara de la Reina se ha guardado, desde tiempos de Carlos III, la colección de platería y otras piedras preciosas en poder de la Familia Real.
Cuarto del infante don Luis
Esta zona de Palacio ha sido ocupada muy brevemente a lo largo de su historia. Entre sus moradores se encuentran Luis Antonio de Borbón y Farnesio, don Gabriel de Borbón, Luisa Fernanda de Borbón y Antonio de Orleans y Isabel de Borbón y Borbón.
La Primera Antecámara de don Luis. Aquí se guardaba la vajilla usada en el servicio de los Príncipes de Asturias. Otras piezas proceden de Sèvres, encargadas por Fernando VII e Isabel II. También se conserva aquí la cristalería, donde destaca la colección del rey Francisco de Asís. Cerca de allí se encuentra la cámara del infante don Luis, que aloja la mejor obra de Francisco Bayeu en Palacio En esta sala el infante organizaba audiciones de músicos. Un poco después se halla la Sala de Papel Pintado, llamada así por estar ornada con el papel de la Real Fábrica. Los motivos representados son mitológicos.
El Gabinete del Ángulo, el cuarto de la infanta Mariana Victoria y la Pieza de los Pájaros albergan la más grande colección de pintura de todo el Palacio Real. Se conservan obras de Juan de Flandes, van der Weyden, El Bosco y Rubens.
Cuarto de la reina María Luisa
Se encuentra en la parte oriental de Palacio y en ella habitó la reina María Luisa de Parma. Esta sala fue decorada al gusto neoclásico, valiéndose de estucos y tapices. Una serie de consolas, de mediados del siglo XVIII, y un conjunto de tapices sobre la Guerra de Troya cierran la estancia.
La llegada de la reina María Cristina trajo una importante reforma a esta sala. Se conservaron muchos de los adornos que realizó la infanta María Josefa. Sin embargo, gran parte del cuarto se acondicionó como residencia cotidiana de la Familia Real. Se colocaron aquí algunas obras de arte.
Alfonso XIII instaló una Sala de Billar y una Sala de Fumar. Ambas estancias fueron construidas al estilo victoriano y con madera de nogal, en la línea de las reformas de Alfonso XII. Sin embargo, la Sala de Fumar presenta algunos matices propios de la moda «parisina». Los Gabinetes de Estucos y de Maderas Finas de la reina María Luisa han conservado su decoración original. Fueron construidas por Sabatini en 1791 inspirándose en el diseño arqueológico hallado en las excavaciones de Pompeya y Herculano.
Cuarto de Carlos IV
La mayoría de los salones ocupados por Carlos IV fueron perdiendo su función durante los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII. Poco después se encuentra la Sala de Armas, originalmente concebida como Pieza de Vestir del Príncipe de Asturias. En tiempos de Alfonso XIII se derribaron las paredes que separaban esta sala del Oratorio.
La Cámara de Carlos IV sigue el programa decorativo trazado para establecer la relación de Trajano y Adriano como precursores de la grandeza hispánica. Aquí cuelga un gran candelabro regalado a Isabel II en con motivo de su boda, y la decoración se completa con una gran alfombra de estilo neoclásico. La Antecámara de Carlos IV aloja uno de los mejor logrados frescos de Tiepolo. Esta recámara incluye también varios retratos de la familia reinante y en 1993 se añadieron los bustos de la reina Sofía de Grecia y de Felipe de Borbón.
COLECCIONES
El Palacio Real conserva grandes colecciones de todo tipo. En ella podemos destacar los violines Stradivarius Palatinos, realizados por el famoso lutier Antonio Stradivar. Además, dentro de palacio se albergan grandes colecciones de pintura, escultura, mobiliario, relojes, tapicería, orfebrería y porcelana.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.esmadrid.com/es/portal.do?IDR=309&TR=C
http://www.patrimonionacional.es/Home/Palacios-Reales/Palacio-Real-de-Madrid.aspx
http://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_Real_de_Madrid
http://www.madridhistorico.com/seccion1_monumentos/index_monumentos.php?id=B&idcalle=927&idinformacion=559&pag=1
http://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_Oriente
http://es.wikipedia.org/wiki/Campo_del_Moro
http://www.madrid.es/portales/munimadrid/es/Inicio/Jardines-del-Campo-del-Moro?vgnextfmt=default&vgnextoid=bb3a34c0e2c5f010VgnVCM2000000c205a0aRCRD&vgnextchannel=1ccd566813946010VgnVCM100000dc0ca8c0RCRD&idioma=es&idiomaPrevio=es&rmEspecial=a441a85b4a6d5110
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Jaime Revuelta Arbolí 
2ºBachilerato B

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