Joaquín Turina Pérez nació en Sevilla el 9 de Diciembre de 1882,rodeado de un ambiente artístico que influirá en su espíritu de músico.Con apenas cuatro años,una de sus criadas le regalo su primer instrumento un acordeón.Gracias a la velocidad y facilidad con la que aprendió a tocarlo adquirió la reputación de niño prodigio.Fue con este instrumento con el que acompaño al coro de niñas del colegio Santo Ángel,centro donde recibirá sus primeras clases de solfeo.Cuando llega su adolescencia,su amor por la música se acentúa,al comenzar los estudios de piano con Don Enriquez Rodriguez.En 1894 inicia sus estudios formales en armonía, teoría y contrapunto con Don Evaristo Garcia Torres,a quíen según afirma Turina debe su buena orientación.Casi inmediatamente empezó a componer pequeñas piezas. Hizo su debut como pianista tuvo lugar el domingo 14 de marzo de 1897 en la sala Piazza,de Sevilla,con la actuación de Fantasía de Thalberg sobre un tema de Moisés de Rossini.Lsegunda actuación se produce diez meses después.Estos dos actos le impulsaron en su carrera hacia ser un completo concertista.
En 1902,Se fue a Madrid,por fin llega el momento tan esperado por Turina,se vio envuelto por la escena musical del lugar. La presencia en Madrid del joven músico se debe a la necesidad de ampliar sus conocimientos de composición.Allí recibió clases con José Tragó, siendo compañero de estudios de Manuel de Falla y desde entonces grandes amigos.Tras morir sus padres viaja a París en 1905 para estudiar piano con Mozkowsky y por fin, a la edad de veintitrés años encontró al maestroque tanto anhelaba en la figura de Vincent d’Indy con quien compuso la Schola Cantorum ,recordó siempre la regla fundamental que el maestro le había enseñado –que «se escribe más música con la goma que con el lápiz»– e hizo suyas aquellas cualidades que más admiraba en la obra de d’Indy: «forma, tonalidad, plan, distinción, potencia».En París, conoció a Ravel y Debussy, y se hizo buen amigo de Isaac Albéniz, quien le animó a encontrar inspiración en la música popular de España y Andalucía. Turina volvió la mirada hacia su ciudad natal, que desde ese momento latió en su música recreada a través de sus cantos, sus fiestas, sus aromas y sus gentes. «Cada rincón sevillano es una fuente de inspiración y de ideas; cada fiesta un cuadro de color», decía el músico. En 1908 fue un año en el que Turina alcanza la culminación de su felicidad al contraer matrimonio con Obdulia Garzón,con quien tuvo sus cuatro hijos.
Otra labor muy importante en la vida del músico fue su prolongado paralelismo entre su auténtica profesión, la composición, y el periodismo. En este último aspecto su primera colaboración data de 1910 en la Revista Musical, de Bilbao, como cronista desde París. A partir de entonces su firma fue frecuente en revistas especializadas, periódicos y otras publicaciones, tanto españolas como francesas.En 1914 regresó a Madrid, junto con Falla, y trabajó como intérprete, compositor , profesor y crítico.Madrid será la ciudad donde residirá hasta sus últimos días. Turina se adentraba en la madurez, el prestigio y los reconocimientos públicos fueron en aumento. En 1926 obtuvo El Premio Nacional de Música Por Su Obra Trío Con piano op. 35.En 1931 ocupó una Cátedra de Composición en el Conservatorio Real de Madrid y en 1935 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. La guerra civil y la dictadura franquista acabaron por agotar su vena creativa, de manera que en los últimos nueve años de su vida sólo compuso trece obras. Pero lejos de retirarse de la vida pública, Turina trabajó con ahínco desde su puesto de Comisario de la Música para la restauración de la vida musical española, la misma que unas décadas atrás había ayudado a construir con idéntica ilusión.Muere el 14 de enero de 1949 en Madrid.
Su Obra:
La obra compositiva de Turina fue muy extensa, fue un compositor prolífico, igual de bien en casa, en gran y las formas pequeñas. Produjo la música en casi todos los géneros musicales, siempre de colores, bien elaborado, y se infunde con un ambiente español nativo. Entre sus grandes obras podemos mencionar sus dos óperas, Margot (1914) y Jardín de Oriente (1923) , la zarzuela La Sulamita, la Sinfónica Rapsodia para piano y orquesta, el Canto a Sevilla para soprano y orquesta, y la popular procesión del Rocío (1913), que representa gráficamente el tumulto de la procesión anual de María en Sevilla. Sus obras incluyen música de cámara dos tríos para piano, cuarteto, quinteto, y dos sonatas para violín y piano. En Su música de cámara destaca La Oración de torero (1925), Obra en La Que Podemos escuchar la Influencia de Debussy, especialmente en la utilización de acordes de Descendientes novena. En la música vocal destaca la Saeta en forma de Salve (1930).También compuso canciones, algunas de las obras para guitarra y violín.No obstante, el grueso de su catálogo lo dedicó a su propio instrumento, el piano. Es en este campo en el que el músico alcanzó sus mayores logros con obras que constituyen un diario de su propia vida, sin renunciar por ello a las inquietudes universales. re ellas destacan los Recuerdos de mi rincón, un desfile de personajes que incluye las caricaturas musicales del personal y los contertulios del Café Nueva España, muy frecuentado por el compositor; el Álbum de viaje en el que ofrece diferentes estampas de su periplo por Marruecos en compañía de María Martínez Sierra; la primera suite de Mujeres españolas, tres retratos femeninos marcados por su carácter intimista; las Danzas fantásticas inspiradas en la lectura de una novela de José Más; Sanlúcar de Barrameda, pieza que aún el aspecto exterior, descriptivo y pintoresco con la forma sonata de trazado clásico; y las Cinco danzas gitanas en las que Turina trasciende el marco de su Sevilla natal y se suma al gusto generalizado por la ciudad de la Alhambra.
Danza Gitana:Joaquín Turina - SACROMONTE.
Teresa Ríos Moguer.
Historia archivística: Toda la documentación de Joaquín Turina permaneció a lo largo de su vida en su poder, tras su muerte ésta pasó a manos de sus hijos y herederos. A partir de 1994 Alfredo Morán, marido de una de las hijas de Joaquín Turina, empezó a proporcionar fotocopias de partituras manuscritas y editadas en su mayoría que se encontraban agotadas. A finales de 2003 la familia de Joaquín Turina acordó donar el archivo personal del compositor. En abril de 2010 los herederos entregaron además su Archivo fotográfico y de tarjetas postales.
TURINA FOTÓGRAFO
No solo su música ha sido de gran importancia en la cultura Española del siglo XX .El archivo fotográfico del compositor Joaquín Turina forma parte de su legado artístico. Se compone de cerca de seis mil documentos de distintos soportes y contenidos que han sido estudiados con el objeto de valorar el conjunto en cantidad y calidad, señalando su significado dentro de las colecciones fotográficas particulares. Se establece una clasificación a partir de los originales y se analiza la aportación de Turina a la historia de la fotografía como coleccionista y como autor. Las colecciones fotográficas privadas son ricas en cantidad y calidad. Conforman un fondo histórico extraordinario. Una parte importante del total, más de un tercio, fue realizada por el compositor (retratos, vistas y otros motivos), lo que convierte el conjunto en un corpus iconográfico excepcional.
La obra fotográfica de Joaquín Turina se enmarca en la producción del grupo de intelectuales del primer tercio del siglo XX que se interesaron por el conocimiento del arte fotográfico. De cerca de seis mil documentos que componen la colección, un 37,5% fueron realizados por él. Los temas nos permiten una aproximación a los intereses del autor que, además de los retratos de familia, obligados para todo dedicó su tiempo fundamentalmente a los desfiles y procesiones, mientras que los paisajes son menos y se corresponden con estancias o visitas puntuales (París, Nueva York, San Sebastián, Sevilla, etc.). En el cuadro adjunto se especifica el número de fotografías que realizó, así como los principales temas.
Procesión en Sevilla, 1931. Fotografía de Joaquín Turina
Puerto de Nueva York. La ciudad vista desde el barco Cristóbal Colón.
Abril de 1929. Fotografía de Joaquín Turina
Álbum 2 nº 0611
Además
Puerto de Nueva York. La ciudad vista desde el barco Cristóbal Colón.
Abril de 1929. Fotografía de Joaquín Turina
Álbum 2 nº 0603
El estudio de la colección iconográfica del compositor sevillano Joaquín Turina, así como de su actividad como fotógrafo amateur y de su aportación a la materia constituye un fondo excepcional por la cualidad, calidad y cantidad, con tipologías de los principales soportes fotográficos de prestigiosos autores. El conjunto documental descubre originales fotográficos inéditos de autores de prestigio, realizados en exteriores y estudios, con dedicatorias al compositor. De la colección de tarjetas postales se deduce su interés por los retratos de actores y actrices. También por las vistas de ciudades españolas y extranjeras.
Además de los temas ya indicados, Joaquín Turina se interesó por muchos otros, desde la tauromaquia hasta el transporte y resultado de su afición a la fotografía fue que en 1931 la empresa Kodak le pidiera que formara parte del Jurado en el concurso internacional convocado por la popular firma estadounidense. La revista Kodak (nº 87, abril-mayo de 1931) dio noticia de la convocatoria del evento, exclusivamente para aficionados. Los miembros del jurado fueron obsequiados por Kodak con una cámara, que Turina estrenó el domingo 13 de septiembre en el parque del Retiro.
Concurso de fotografía de Kodak de 1931.
Cámara fotográfica de Joaquín Turina. Fotografía Irene Morán.
Enlaces:
Bibliografía:
BENAVENTE, JM Aproximación al Lenguaje musical de J. Turina. Sevilla, Conservatorio Superior de Música, DL 1983.
García del Busto, JL Turina. Madrid, Espasa-Calpe, 1981.
Alejandra Ríos Moguer.
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