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lunes, 30 de abril de 2012

Sostenibilidad: hacia un nuevo modelo de sociedad.



 Índice:
  1. Reflexiones en Valdelagrana.
  2. La necesidad de alcanzar la sostenibilidad.
  3. Breve resumen del surgimiento de las políticas de sostenibilidad.
  4. Primera reflexión. 
  5. El parque metropolitano de los Toruños y pinar de la Algaida como ejemplo.
  6. Medidas adoptadas por el parque.
  7. Conclusiones y últimas reflexiones.

1.- Reflexiones en Valdelagrana:

Este es el último trabajo que presento para la asignatura y pretendo que sea una reflexión final sobre nuestra cultura y sobre todo lo aprendido durante estos dos años de bachiller en la rama de las ciencias; de este modo, pretendo hacer un trabajo de actualidad en el que aplique todos los conocimientos científicos adquiridos con el tiempo. 
Durante una estancia en Valdelagrana con mi padre, comentamos y reflexionamos sobre el desarrollismo que hemos tenido, con tanto ladrillo y cemento, sus influencias y resultados. Ese fue el punto de partida de mi trabajo, que se ha derivado en una ideología de sostenibilidad que está en boca de todos actualmente.
En las últimas décadas, el progreso económico y social de España ha sido muy notable. La economía se ha sustentado sobre dos pilares: la construcción y el turismo. De esta forma, las playas y los terrenos adyacentes se han llenado de urbanizaciones, chalets y múltiples edificaciones. Como se puede comprobar en esta imagen de la playa de Valdelagrana, invadida por las urbanizaciones, a lo lejos.


Imagen tomada desde un mirador del parque metropolitano.


El valor del cemento y del ladrillo, y la elevación de los precios del metro cuadrado de edificación, nos han hecho perder el norte. Hemos sustentado nuestra cultura y nuestra economía sobre valores "falsos" que, además de destruir nuestro entorno paisajístico y sus ecosistemas, nos han llevado a una tremenda crisis económica, con un gran crecimiento de la deuda del Estado y de la ciudadanía, cuyas repercusiones sociales estamos empezando a comprobar diariamente.
Se plantea pues, la necesidad de un cambio de valores y de principios en nuestras vidas. Nuestra sociedad debe empezar a apreciar elementos de "sostenibilidad", que nos permitan un crecimiento más racional y coherente con nosotros mismos, y más armónico con nuestro entorno. 


Sin la preservación de los recursos naturales que nos rodean, la sociedad actual difícilmente va a ofrecer posibilidades de futuro a las generaciones venideras. Digo esto porque en España, y en la Bahía de Cádiz en concreto, parece como si no hubiera un proyecto de futuro distinto a lo ya conocido: cemento, ladrillo, construcción y turismo de verano.
¿No hay otras alternativas?. Nuestra cultura consumista, de momento, no las ha planteado. Hasta ahora, acabado ya el desarrollismo constructivo, todo se sustenta en cómo vendrá el verano: si llegan muchos turistas a nuestras costas y hoteles o si los chiringuitos de playa tienen más o menos clientes. Creo que estas opciones no son alternativas de futuro, porque van a menos, son ya aburridas y poco atractivas, y además muy caras. Creo también que, cualquier posibilidad futura, pasa necesariamente por la búsqueda de alternativas sostenibles, por vender otros productos turísticos, de cultura urbana o rural, por potenciar nuestros valores naturales, tanto de costa como de sierra. En definitiva, por buscar alternativas que sean respetuosas con nuestro medio y originales.
En este sentido, planteo una opción distinta: enseñar otros valores, no de las playas y fiestas, sino de los parques naturales o de los entornos protegidos que se sitúan en nuestra provincia, como es el Parque Metropolitano de los Toruños y el Pinar de la Algaida.
Esta reflexión parte de la comparación entre Valdelagrana, quizás el ejemplo más típico del desarrollismo urbanístico de las últimas décadas en la Bahía de Cádiz, y su espacio más inmediato, el Parque de los Toruños. El primer caso debe ser el ejemplo de lo que no debemos buscar. El segundo es, sin duda, el modelo a conseguir. Frente a los edificios que rompen el paisaje, alteran el sistema de vientos y maltratan nuestra vista, contamos con la serenidad y belleza que trasmiten las dunas, la vegetación y la fauna del parque. ¡Qué espacios tan distintos a tan pocos metros!. ¡Qué éxito de visitantes de sus instalaciones, paseantes, ciclistas y enamorados de la naturaleza frente al desierto que es el “cementerio” de Valdelagrana!. Sí, cementerio, porque si en un lado de la costa tenemos vida y naturaleza, al otro lado, hacia El Puerto, lo que vemos es muerte: ladrillo con cemento. Esta comparación, me lleva a reflexionar sobre la idea de sostenibilidad, muy de moda en los últimos años.    



2.- La necesidad de alcanzar la sostenibilidad:

El término "sostenibilidad" tiene varios significados interrelacionados entre sí. En principio, la Real Academia de la Lengua Española, lo define como "cualidad de sostenible". Si preguntamos a este mismo diccionario sobre el significado de "sostenible" nos explica que es "todo proceso que puede mantenerse por sí mismo". Es decir, debe ser equilibrado (entre necesidades o consumo y disponibilidad de recursos) y perdurar en el tiempo, pues debe desarrollarse sin mermar los recursos existentes, pensando siempre en su renovación natural.
Hasta aquí hemos definido el concepto, pero tenemos que presentar también sus múltiples dimensiones. Normalmente cuando hablamos de sostenibilidad, asociamos la palabra a la conservación de la naturaleza o de los recursos naturales en todo lo referente a su equilibrio y mantenimiento futuro, pero el término es mucho más amplio, pues en realidad estamos hablando de toda una filosofía de vida, de principios y valores muy distintos a los que hasta hace poco perduraban en todo el mundo desarrollado, desarrollista y capitalista.
La sostenibilidad se fundamenta en varios elementos, asociados a la permanencia del hombre en un absoluto equilibrio con el medio natural que le rodea.
La sostenibilidad afecta a toda nuestra organización económica, social y ambiental. Con parámetros de espacio y tiempo, se enfoca desde todo el planeta hasta una población concreta (refiriéndonos al espacio), afectando también a sectores económicos, bienes y servicios, ocupaciones, estilos de vida... En resumen se puede esquematizar del siguiente modo:





3.- Breve resumen del surgimiento de las políticas de sostenibilidad:

La aplicación de los principios de sostenibilidad arranca del Club de Roma (1968) y se plasma en el informe que emite esta entidad bajo el título “Los límites del crecimiento”, elaborado a petición de este organismo por el Instituto Tecnológico de Massachusetts. De este embrión de personalidades y científicos, preocupados por el futuro del planeta, la problemática pasa a Naciones Unidas, quién a partir de la Conferencia de Estocolmo de 1972, inicia las ya famosas Cumbres de la Tierra, donde en sucesivos años se manifestará la preocupación por la problemática ambiental global. El culmen de estas iniciativas se muestra en 1982 con la aprobación de La Carta Mundial de la ONU para la Naturaleza, así como con la creación del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) en Estados Unidos.
Desde principios de la década de 1980, auspiciados por la ONU, se inician distintas reuniones de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, creada en 1983 para establecer una agenda global para el cambio. De estas actuaciones, tal vez, el resultado más importante de todo el decenio, es el Informe Bruntland, en el que se formaliza por primera vez el concepto de "desarrollo sostenible". En la década de 1990, después de la segunda Cumbre de la Tierra, de Río de Janeiro, se aprueba el Convenio sobre la Diversidad Biológica y la Declaración de Principios Relativos a los Bosques.
A partir de entonces, se suceden las conferencias de las Ciudades Europeas Sostenibles: Aalborg (Dinamarca), Lisboa (Portugal), Hannover (Holanda), que dan nombres a las Cartas respectivas.
En este marco de lucha contra el cambio climático y de defensa de los valores planteados para la sostenibilidad, se aprueba en 1997 el Protocolo de Kyoto y el Protocolo de Johannnesburgo en 2002, donde se institucionaliza el concepto de Desarrollo Sostenible. A partir de 2005, con la entrada en vigor de la Agenda 21 de la Cultura y el Protocolo de Kyoto, de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, parece que se ralentiza el compromiso de algunos países para adoptar las medidas aprobadas. Aún así, a pesar de que la Cumbre de Bali (2007) relajó los compromisos de Kyoto, los principales países emisores y contaminantes del planeta (EE.UU Y China) se niegan a suscribir nuevos compromisos y a cumplir los firmados.
Hemos avanzado mucho en la definición de todos estos principios y filosofías, y su influencia en España ha sido muy variada y compleja. Con todo, se ha elaborado la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible, la Ley 45/2007 de Desarrollo Sostenible del Medio Rural y la Ley de Economía Sostenible, aprobada por el Consejo de Ministros del 27 de Noviembre de 2009, buscando herramientas respetuosas con el medio ambiente y un entorno que favorezca el empleo de calidad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social.





4.- Primera reflexión:

Al presente, la primera reflexión que debemos plantearnos, después de haber definido el término, y efectuada la debida contextualización y evolución del mismo, es:
¿Debemos pensar en valores de sostenibilidad, o por el contrario, podemos seguir articulando nuestra vida sobre el desarrollismo inmobiliario que hemos vivido en España? Es claro que hemos cometido muchos errores en nuestro país, de repercusiones económicas, posiblemente muy largas y penosas para la sociedad, por lo que veo necesario un cambio, pero no solo cambio económico, también mental, de toda la sociedad.
Hasta ahora, los economistas han teorizado nuestro progreso o crecimiento económico con criterios cuantitativos o numéricos como son el cálculo del Producto Nacional Bruto, PIB, Renta per cápita... es decir, se ha atendido exclusivamente a cuantificar, a medir, sin valorar los elementos cualitativos. Es evidente que la prosperidad se ha trasladado a la sociedad y se ha manifestado en numerosos logros del llamado "Estado del Bienestar", cuyas manifestaciones más claras, la sanidad y educación generales, ahora se discuten. Con el progreso económico basado en la construcción intensiva de nuestras costas y ciudades, así como en el turismo y en el consumo, este último fomentado por la existencia de crédito muy barato o a muy bajo coste, se ha descuidado el medio ambiente.
En la actualidad, en la costa gaditana, centrándonos ya en nuestro entorno más inmediato, nos encontramos con la siguiente situación económica y social: la mayor parte de nuestras playas están destruidas por el cemento, salvo raras excepciones, carecemos de tejido industrial y la sociedad se ve afectada por el paro y el miedo a la pérdida de las ayudas públicas.
Es obvio que este modelo de desarrollo no es sostenible, ni en términos económicos ni sociales, ni medioambientales, ni institucionales. Al problema de la inviabilidad de la economía, y a sus efectos sobre la sociedad, hay que sumarle las consecuencias de las desigualdades que vivimos: los pobres son los que más sufren la crisis económica, ecológica y climática.
Es por todo esto, por lo que se plantea el desarrollo sostenible como fundamento de la economía y de la sociedad. En este trabajo lo hemos enfocado en el entorno de la Bahía de Cádiz, pero es extensible a toda España.
Este desarrollo sostenible se basa en la revalorización de los valores naturales, en su respeto y en el crecimiento armónico, de lo que son buen ejemplo los parques naturales de la Bahía de Cádiz, resultando como objetivo principal, la visión del Parque Natural como un producto, potenciando sus valores ambientales, socioeconómicos y culturales, para influir en el cambio de comportamiento de la sociedad respecto a la conservación del medio.


5.- El Parque metropolitano de los Toruños y pinar de la Algaida como ejemplo:

El primer paso consiste en una ordenación del territorio científica y racional, que permita la asignación a cada espacio del uso más apropiado; en este caso, los terrenos del parque metropolitano de Los Toruños tienen múltiples utilidades y están protegidos por una legislación estricta, tanto a nivel nacional como europeo, como son el convenio Ramsar o la Red Natura 2000.
Dentro de la explotación sostenible del parque, distinguimos cinco grandes áreas:
  • Cultural.
  • Recreativa.   
  • Económica.
  • Social.
  • Ecológica.

A su vez, en de cada uno de estos cinco bloques, se pueden incluir otras muchas materias, que son objeto de análisis o revisión actual. Pero para no hacer demasiado pesado el trabajo, nos centraremos en los campos del esquema superior.
            
En el ámbito cultural, debemos considerar todos aquellos elementos que son parte del patrimonio histórico, cultural y etnológico, o que forman parte de los usos y tradiciones culturales de la Bahía de Cádiz, incluyendo también su idiosincrasia. La difusión de estos valores, así como su comercialización turística, deben formar parte de un programa de desarrollo sostenible, donde se venda este espacio y sus aportes culturales como un producto local más, como algo propio, nuestro, razón por la cual debemos cuidarlos.
            
Un segundo aporte del parque a la sostenibilidad de nuestro entorno viene determinado por el uso recreativo que hacemos de sus distintos espacios, pues se trata de un área pública, donde los turistas y ciudadanos podemos realizar distintas actividades de esparcimiento, que pueden ir desde paseos observando la naturaleza,


 hasta actividades deportivas –paseos en bicicleta, recorridos en barcos de vela-, sociales –parece que las instalaciones hosteleras del parque tiene un cierto atractivo para la celebración de bodas, comuniones y bautizos-, donde además se pueden ofrecer otros muchos servicios turísticos, vinculados tanto a la población de la Bahía como a todos los visitantes que recibimos en los hoteles del entorno.  






Una tercera perspectiva que presenta el parque en el plano de la sostenibilidad es su aprovechamiento económico, donde no sólo debemos considerar la explotación de sus recursos naturales –ya sean piscícolas, forestales o recolectivos- sino también los múltiples aprovechamientos que tienen estos recursos. Del mismo modo, el parque permite presentar un conjunto de bienes y servicios de una indiscutible repercusión económica en la población de la Bahía, no sólo por los ingresos que puedan generar, sino también por las necesidades laborales que se pueden cubrir. Así pues, el parque genera renta y empleo en nuestras poblaciones, razón por la que debería fomentarse más, incluyendo un programa de visitas y actividades que debería estar expuesto en todos los establecimientos turísticos y lugares públicos. 
Por añadido, esta oferta revaloriza la Bahía como destino turístico, aportándole además un elemento de “calidad turística”, pues se vende la protección del entorno y la apreciación del mismo por los visitantes como alternativa al turismo de sol y playas. Por último, también desde este plano económico, la existencia del parque elimina el proceso erosivo que se produciría en todo el espacio si no existiera, tal y como podemos comprobar en sus entornos del Río San Pedro y de Valdelagrana.            
En resumen, este parque representa un ejemplo de desarrollo sostenible, en el que se mezclan una economía viable y la naturaleza, que no son términos opuestos, sino complementarios y necesarios entre sí.

En cuarto lugar, dentro de un plano social, las actividades que se desarrollan en el parque son muy abundantes, abarcando desde un uso público recreativo, tanto deportivo (celebrándose maratones), como educativo (de concienciación ambiental, tanto de adultos como de escolares), junto con programas de integración social. Y fundamentalmente, representa un servicio y equipamiento público, que además de ordenar el territorio, nos aporta calidad ambiental, así como un conjunto de valores sociales vinculados a su existencia, que las generaciones futuras deben conocer y respetar.

            Por último, en quinto lugar (y en mi opinión el carácter de mayor importancia), el parque representa un valor ecológico, por cuanto permite la conservación y potenciación de los hábitats del Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Posibilita de este modo, la conservación del paisaje, actuando como un auténtico sumidero de bioelementos, pues permite el mantenimiento y la regulación de los ciclos de vida: agua, carbono, nitrógeno, fósforo… regulando el microclima de la Bahía de Cádiz y principalmente posibilitando la defensa de la biodiversidad que a continuación  trataremos con mayor amplitud.

La biodiversidad se ha definido tradicionalmente como la variedad de especies y la abundancia de éstas en los ecosistemas.
En la Conferencia de Río de Janeiro de 1992, el concepto de biodiversidad se modificó, englobando tres aspectos:
  1. La cantidad y abundancia relativa de especies en la Tierra o diversidad de especies.
  2. La variedad genética dentro de las especies o diversidad genética
  3. Y la diversidad de ecosistemas en los que viven las especies o diversidad de ecosistemas.
 La biodiversidad es uno de los recursos más importantes e insustituibles del planeta para el ser humano. Hay que considerarla como reserva de materias primas para diversas industrias (papeleras, farmaceútica, etc.), de recursos alimenticios (caza, pesca, agricultura, ganadería, etc.), como fuente de energía (biomasa) y desempeña un papel muy importante en el funcionamiento sostenible de los ecosistemas (interviene en los ciclos de la materia y de la energía, regula el clima y la contaminación).


Por ello debemos impedir y frenar la pérdida actual de biodiversidad, ya que sin ella el ser humano desaparecería. Evitando la sobreexplotación, la destrucción y alteración de los ecosistemas, la fragmentación de los hábitats naturales por la construcción por ejemplo, y por último conservando las especies autóctonas de la zona, evitando la introducción de especies foráneas.

El parque integra una gran riqueza de especies, tanto en fauna como en flora, que pasamos a presentar más detenidamente.
     En relación con la tipología de flora y su aprovechamiento económico tradicional, que nos puede permitir conocer las posibilidades futuras de explotación, las principales especies son las que pasamos a detallar.


            Los tarajes, viven normalmente sobre suelos húmedos y algo salobres. De ahí que sea frecuente verlos en los márgenes de arroyos o cercanos a zonas encharcables; en definitiva, ligados al agua.
En la actualidad el taraje es usado en restauración de zonas húmedas; antiguamente con su corteza y ramas se hacían cocciones o cataplasmas, con las que se curaban diarreas y heridas, así como usos muy distintos, adaptándose a los cambios...


            La zarzaparrilla, es una planta de tipo enredadera, de ahí su nombre compuesto, zarza y parrilla, por presentar frutos en racimos como las parras. 
No es difícil encontrarla en lugares frescos, trepando por árboles o arbustos. En función del lugar en el que viven tienen las hojas de un color característico, que puede variar considerablemente. Florecen en otoño, llenando el entorno de un peculiar olor.
La zarzaparrilla históricamente ha tenido multitud de usos: comestibles, médicos, cosméticos, incluso mágicos...


            El acebuche, variedad silvestre del olivo, de la cual hablé en mi anterior trabajo, da unas olivas o acebuchinas, que son el alimento de numerosas aves.
Tradicionalmente se le han dado numerosos usos: sus hojas y ramillas como alimento para el ganado, cocciones como cicatrizantes y para el resfriado, etc.


            El labiérnago, cuyo nombre específico es “angustifolia”, cuenta con hojas estrechas y angostas. Pertenece a la familia del acebuche. 
Es un arbusto acompañante del monte mediterráneo, que busca para vivir los lugares más soleados y secos.
Sus flores son muy atrayentes para las abejas, ya que el néctar de las mismas les es muy apetecible. Lo mismo ocurre con sus hojas, muy consumidas por el ganado. Además de contribuir a la fabricación de la miel y alimentación del ganado, tradicionalmente se ha usado para combatir úlceras e inflamaciones.

El pino carrasco (pinus halepensis). El origen del nombre latino de todos los pinos hace referencia a la resina que producen. Además, este pino recibe su nombre común por ser una variedad muy resistente, que a veces adquiere formas retorcidas que recuerdan a una "carrasca" o encina.
Puede vivir en suelos muy pobres, incluso en zonas rocosas donde prácticamente cuelgan, desafiando a la gravedad. Por esto es una especie usada en restauraciones de zonas con suelos pobres, aunque puntualmente se planta en todo el territorio.
Es fácil de reconocer por sus piñas alargadas, que una vez secas, no caen al suelo, sino que siguen enganchadas a las ramillas.



El pino piñonero (pinus pinea), su nombre en latín proviene de la piña, de donde se sacan los piñones. Prefiere para vivir los suelos arenosos y los climas cálidos, como el que se disfruta aquí. 
Además de la producción de piñones, actualmente es muy usado en la fijación de dunas. En la antigüedad se le daban otros usos bien distintos como balsámico, expectorante, etc.
Aunque aquí tengan este aspecto globoso, los pinos piñoneros que viven en los bordes de acantilados, adquieren curiosas formas retorcidas, debido a los fuertes vientos que soportan.


Lentisco (Pistacia lentiscus), así llamaban los romanos al árbol de los pistachos. El lentisco, primo del pistachero, recibe su nombre por él.
Los frutos rojos con los que se adorna en otoño, llamados lentisquinas, indican que nos encontramos ante una planta femenina. La planta masculina posee unas discretas y diminutas flores rojas durante la primavera.
Es un vegetal con numerosos usos. La extracción de la resina aromática o almáciga es obtenida desde la antigüedad y posee multitud de aplicaciones. En el Magreb, de sus hojas, obtienen tinte negro para teñir lana. Y sus frutos, son alimento de herbívoros y pajarillos.


El palmito (Chamaerops humilis), derivado del griego, su nombre significa "pequeña palmera enana". Además de su tamaño, el palmito tiene otra característica que la hace muy especial, y es que es la única palmera que vive de forma natural en Europa.
Los tallos jóvenes, conocidos como palmitos, han sido muy cotizados por su buen sabor, y con sus hojas se han fabricado tradicionalmente escobas, cestas, sombreros, incluso se usaban para la construcción de tejados.


El espino negro (Rhamnus oleoides), deriva del griego y quiere decir "arbusto espinoso", y por el parecido de sus hojas al acebuche, recibe el subnombre de "oleoides". Es un arbusto que no llega a crecer demasiado, sus ramas terminan en espina, formando un entramado muy denso, prácticamente impenetrable.
Cuenta con una buena madera, por lo que tradicionalmente se ha usado para hacer carbón. El espino negro es muy común en nuestra región acompañando a este tipo de pinares.

Además de especies vegetales, el parque constituye un gran espacio natural que facilita el descanso y alimentación de las aves en sus procesos migratorios entre Europa y África. Es también el medio para la supervivencia diaria de muchas otras especies, desde las menos abundantes, hasta las más comunes, como conejos, gaviotas, zarapitos trinadores o patos silvestres, captados en el siguiente orden fotográfico :











6.- Medidas adoptadas por el Parque:
Para proteger, potenciar y difundir estas vertientes de sostenibilidad, se han desarrollado en los últimos años numerosas actuaciones, destacando las siguientes:

  •             Programas de Limpieza, Adecuación y Sensibilización sobre el Pinar de la Algaida. Organizado por la Oficina Verde de la Universidad de Cádiz.
  •          Programas de Control de la Flora Invasora en el Parque Metropolitano Marisma de Los Toruños y Pinar de La Algaida, organizado por la Oficina Verde de la Universidad de Cádiz.
  •               Campañas informativas de marisqueo ilegal, en colaboración con la Delegación Provincial de Medio Ambiente, el Parque Natural Bahía de Cádiz y el Excmo. Ayuntamiento de El Puerto de Santa María.
  •              Campañas de Voluntariado Ambiental Playa de Levante, en colaboración con la Universidad de Cádiz.
  •          Campañas de Voluntariado para la recuperación y restauración del Parque Metropolitano Marisma de Los Toruños y Pinar de La Algaida, organizado por la Consejería de Medio Ambiente.
  •           Presentación de la oferta ornitológica y de servicios del Parque Metropolitano en la British BirdWatchingFair de Rutland, Reino Unido (Feria Internacional de Turismo Ornitológico). 
  •          I Trofeo de Pesca Playa de Levante bajo la modalidad surfcasting, con Federación Andaluza de Pesca. 
  •          Celebración del I Día Mundial de Las Aves en el Parque Metropolitano. 



7.- Conclusiones y últimas reflexiones:
Aunque cualquier resumen es complicado, cabe que apuntemos las siguientes reflexiones sobre la sostenibilidad en la Bahía de Cádiz y el modo de fomentarla:

  1.    Ha habido y hay mucha retórica en el uso del término sostenibilidad.
  2.    La fuerza de los acontecimientos económicos y sus efectos sociales exigen, más que nunca, que pasemos de las palabras a las actuaciones..
  3.     No podemos desligar la reflexión económica sobre la Bahía de Cádiz del medio físico en el que vivimos y en el que hemos de desarrollar cualquier medida de sostenibilidad.
  4.     Para las personas que vivimos en la Bahía de Cádiz, las condiciones de habitabilidad y calidad de vida tienen que satisfacer nuestras expectativas. Complementariamente, debemos cambiar la interpretación del concepto “calidad de vida”, pues ya no se puede basar en la competitividad, en el poder, en la individualidad o en la cultura objeto, sino en otros criterios  distintos: la cooperación, la dependencia y la solidaridad.  
  5.     La calidad de vida de los ciudadanos es el reflejo de las expectativas sociales, pero si los propósitos de la sociedad siguen siendo los mismos que hemos planteado en el punto anterior, el logro de estas metas por parte de los gaditanos  y de sus instituciones, seguirán provocando una transformación en los ecosistemas de nuestro entorno y de toda la Tierra claramente insostenible.
  6.      Ya hay asociaciones en ·España que defienden esta ideología, que será la reinante en el futuro, más que nada, porque es la única que es viable 100%. Las empresas, que son los motores del cambio, ya que son las que controlan la producción, cada vez están más concienciadas, y surgen asociaciones que buscan la sostenibilidad como pilar del presente y del futuro, tal y como podemos comprobar en el siguiente video:


                       Pablo del Río Márquez - 2 Bachiller de Ciencias




Las fotografías son de producción propia, y parte de la información en relación al parque se ha obtenido durante la visita del mismo, a partir de folletos, carteles informativos dispuestos por el parque, etc.




WEBGRAFÍA:


 







BIBLIOGRAFÍA:


Pizarro Calles, Alonso; Carnero Iglesias, José Ignacio; Peña Sánchez, Julio; Vallejo Domínguez, Margarita; Ramos Fernández, Elisa; Martín Fernández-Gallardo, Concepción, Ciencias de la Tierra y Medioambientales, Edelvives, Madrid, 2009.

Mesegar, Teresa (coord), Biología y Geología, Anaya, Madrid, 2008. 

Rubio, Nicolás; Pulido, Carlos; Roiz, Juan Manuel, Ciencias para el Mundo Contemporáneo, Anaya, Madrid, 2009.




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